La certeza de que el dinero puede llegar a condicionar la temperatura moral de una sociedad es inquietante. Si esta reflexión es presentada como una sátira humorística que deja al descubierto la capacidad de los seres humanos para venderse o humillarse por un determinado precio, el resultado es también perturbador. El cristiano mágico (The Magic Christian, 1959), del escritor y guionista estadounidense Terry Southern (1924-1995), se sirve precisamente de esta corriente discursiva basada en la parodia y el humor para mostrar las miserias de una sociedad, la norteamericana, obsesionada por el dinero, el poder o la grandeza.
El cristiano mágico se articula en torno a una historia mínima: un rico magnate norteamericano, Guy Grand, decide pasar su tiempo gastando bromas pesadas que casi siempre terminan costándole una buena suma de dinero y, en lugar de escarmentar, sigue perpetrando nuevas bromas que llenan su aburrida existencia de un poco de emoción. Este frágil argumento, que ocupa apenas 150 páginas, no es más que una excusa para que Terry Southern pueda mostrar los defectos y míseras de una sociedad guiada (y cegada) por el poder económico y el valor monetario de las cosas, y donde el lema “tanto tienes, tanto vales” rige las vidas de las personas.
El motor y epicentro de la novela es sin duda el personaje de Guy Grand y sus extravagantes ocurrencias. Caracterizado por el narrador como rico, bromista y excéntrico, un “tipo curioso”, en definitiva, el protagonista de El cristiano mágico es, más que analizado, esbozado por el autor, enfrentando al lector a una parodia de personaje. Grand es el típico estereotipo del gran magnate, pero si en El gran Gatsby de Scott Fitzgerald adquiría una dimensión trágica, en este texto Southern lo reduce a un niño malcriado al que le gusta gastar bromas pesadas.
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Terry Southern, El cristiano mágico (The Magic Christian, 1959), Madrid, Impedimenta, 2012, 148 páginas.La imagen de Terry Southern y de ilustración de portada es de la web de Impedimenta.