Ichiyō Higuchi (1872-1896) fue una de las escritoras más relevantes del periodo Meiji y una de las primeras escritoras modernas de su país. La era Meiji aglutinó muchos y muy buenos autores que fueron capaces de reflejar las complicadas relaciones entre tradición y modernidad en el cambiante Japón de finales del XIX y principios de siglo XX, y, en ese elenco, Higuchi Ichiyō destaca por ofrecer, en su breve y desgraciada trayectoria vital (la autora falleció con tan sólo veinticuatro años de edad) una obra delicada que transita entre el aire clásico de sus historias y una voz fresca y cercana que le valió el reconocimiento de los lectores de su época.
Tras siglos de silenciamiento, las mujeres escritoras tuvieron en Ichiyō Higuchi un referente mucho más cercano y moderno que las grandes autoras tradicionales como Sei Shonagon (El libro de la almohada) o Murasaki Shikibu (La historia de Genji). Al abordar la narrativa de Ichiyō Higuchi, encontramos que la autora fue capaz de demostrar un gran talento narrativo en la captación de la psicología de sus personajes y en una mirada específica hacia la condición de la mujer. Sus relatos, en este sentido, ofrecen el protagonismo a las mujeres y dibujan su condición y lugar en el Japón de la época de manera aguda e inteligente, especialmente en lo que se refiere a las injusticias que tenían que sufrir.
Cerezos en la oscuridad: la condición de la mujer del Japón decimonónico narrada por Ichiyō Higuchi
Cerezos en la oscuridad es un volumen recientemente publicado por Satori en la que la editorial asturiana reúne seis de los más destacados relatos de la escritora japonesa. No es la primera vez que Ichiyō Higuchi se traduce y publica en lengua española, ya que la editorial valenciana Chidori Books lanzó hace un par de años una recopilación de sus relatos en versión ebook titulada Crecer, y la editorial Lapislàtzuli vertió al catalán algunos de los relatos de Higuchi, dando cuenta así del interés existente por la obra narrativa de Ichiyō Higuchi.
El volumen de Satori reúne, en esta ocasión los relatos Cerezos en la oscuridad (Yamizakura), Día de Año Viejo (Ootsugomori), Aguas cenagosas (Nigorie), Noche de plenilunio (Wakaremichi), Encrucijada (Jusanya) y el hermoso Dejando atrás la infancia (Takekurabe). En ellos encontramos, como mencionábamos anteriormente, una mirada hacia la mujer que captura momentos vitales que comunican al lector la opresión a la que les se sometía, no tanto aplastadas por el hombre (que lo eran) sino por una sociedad que las relegaba a un papel inferior y sumiso. Dramas ocultos e invisibles que Ichiyō Higuchi desvela con una prosa sencilla pero firme.
Así, en Dejando atrás la infancia la escritora compone un fresco de la vida de los más humildes en barrios como el de Yoshiwara, el único distrito de placer autorizado en Tokio a finales del siglo XIX, donde la joven Midori está abocada a un duro destino por el hecho de ser mujer y hermosa. En Día de Año Nuevo, por su parte, Ichiyō Higuchi da voz a una joven criada Mine que tiene que soportar los abusos y las injusticias de sus empleadores, con el tema de la pobreza de fondo. En esta misma línea, Aguas cenagosas ilustra la falta de oportunidades que sufrían las mujeres de su época, abocadas a oficios humildes o mal considerados socialmente. También se fijó la escritora en los matrimonios fallidos en los que la mujer debía soportar una relación desdichada sin poder escapar de ella, como se narra en el relato Noche de plenilunio.
Más de cien años separan al lector de hoy de la escritora Ichiyō Higuchi. Pese a ello, su obra continúa siendo fresca y llena de actualidad, con un estilo poseedor de una voz personal, cercana y aguda que reafirma su condición de escritora moderna.
Ichiyo Higuchi, Cerezos en la oscuridad (traducción de Hiroko Hamada y Virginia Meza; introducción de Carlos Rubio), Gijón, Satori, 2017.