Hay escritores cuya vida y obra son tan potentes y magnéticas que suelen ejercer una inequívoca influencia en otros autores. Escritores que impactan, que atraen, que se convierten en un enorme astro en torno al cual gravitan otros planetas. Hombres y mujeres de vida azarosa y fascinante, creadores de obras de las que golpean o lentamente penetran en las grietas del cuerpo y la mente del lector. Creadores que inspiran. Que obsesionan. Que poseen.
David Peace (1967), inglés de nacimiento pero residente en Japón por azar y decisión, es uno de esos escritores atraídos por la figura de un coloso. Esa figura no es otra que la de Ryūnosuke Akutagawa, uno de los escritores que se incluyen por derecho propio entre los más grandes narradores japoneses de la literatura moderna. David Peace, autor inclasificable fascinado por la cultura japonesa, también lo está por Akutagawa. Tanto es así que ha dedicado todo un libro a su vida y obra, pero desde un particular punto de vista: Peace se deja colonizar por el escritor japonés y decide establecer un complejo artefacto literario, mezcla de novela biográfica, novela de relatos y «posesión» literaria, inspirado por las narraciones, ensayos y cartas de Akutagawa, en el que va recorriendo los momentos clave de su vida, su relación con la literatura y sus obsesiones. El resultado es Paciente X. El caso clínico de Ryūnosuke Akutagawa (Patient X. The casebook of Ryūnosuke Akutagawa, 2018), publicado en español con traducción de Jacinto Pariente por Armaenia editorial.
Paciente X: entrando en la mente de Ryūnosuke Akutagawa
David Peace no es un autor fácil. Tampoco lo es Paciente X, cuya exigente lectura plantea al lector el desafío de adentrarse en la vida y en la mente de uno de los creadores japoneses más personales e imaginativos de la literatura universal. Emigrado a Japón hace veinticinco años, el escritor inglés ofrece en esta su tercera novela ambientada en Japón (las otras dos, Tokio Año Cero y Ciudad Ocupada, forman parte de la Trilogía de Tokio) un recorrido por la vida de Akutagawa a través de doce relatos (género en el que precisamente el autor japonés destacó) que van desde el nacimiento del autor en 1892 hasta 1927, fecha de su suicidio.
El escritor inglés no quiere complacer al lector: lo reta, le presenta obstáculos y como recompensa le ofrece un puzzle compuesto por fragmentos vitales, de pensamientos que vagan entre lo real y lo onírico. Las atmósferas creadas por Peace son sofocantes, hipnóticas y en ocasiones desorientadoras. Es el juego del escritor inglés: escritura que no da nada por sentado.
David Peace se deja colonizar por el escritor japonés y decide establecer un complejo artefacto literario, mezcla de novela biográfica, novela de relatos y «posesión» literaria, inspirado por las narraciones, ensayos y cartas de Akutagawa, en el que va recorriendo los momentos clave de su vida, su relación con la literatura y sus obsesiones.
La estructura y técnicas narrativas que encontramos en Paciente X son variadas: desde el relato en primera persona hasta la narración dentro de la narración, en boca de terceras personas que formaron parte de la vida de Akutagawa, como es el caso del escritor Natsume Sōseki (el suyo es un capítulo en el que destaca el relato «El dormitorio de Jack El Destripador, inspirado en su vivencia en la capital inglesa). Recorremos así fragmentos de vida, de pensamientos y de obra. Observamos su familia de cerca, sus obsesiones, sus miedos y sus sueños, en el sentido más literal de la palabra. Nos sumergimos en una psique dañada y atormentada que caminó por el filo del infierno y terminó sus días con un suicidio por una dosis fatal de Veronal. Así nos habla el sujeto de la novela: «La demencia ya es bastante mala de por sí. Afirmo categórica y absolutamente que la existencia humana es el mal y la condición humana el infierno. De modo que gracias por preguntar, pero no, gracias. Prefiero no nacer.»
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Paciente X es, en definitiva, un particular homenaje de escritor a escritor, una mirada admirada que se documenta de manera exhaustiva (sólo hay que ver la extensa bibliografía que se incluye al final del libro), ofreciendo un artefacto literario inusual y retador. Una novela de relatos que también explora el oficio de escribir (y de vivir), y los azares vitales que conformaron la mente de uno de los más importantes narradores (también con una faceta de poeta) de la literatura japonesa. No es una obra fácil, pero, tras la exigencia y el reto, llega la recompensa.
David Peace, Paciente X. El caso clínico de Ryūnosuke Akutagawa (traducción de Jacinto Pariente), Madrid, Armaenia editorial, 2019, 347 páginas.