Imaginemos que en 2022 Francia se encuentra inmersa en unas elecciones presidenciales. Y que, de manera democrática, un partido islamista sube al poder. Que la educación comienza a ser dictada desde el Palacio del Elíseo. Que la sociedad francesa, antaño aferrada a un laicismo a prueba de cualquier vaivén, acepte sin discusión las nuevas reglas del juego.
Esto es lo que ha hecho el escritor francés Michel Houellebecq (1958) en su última (y polémica) novela, Sumisión (Soumission). Publicada el 7 de enero, el mismo día del atentado terrorista al semanario satírico Charlie Hebdo (donde murió un amigo del escritor y ensayista, el economista Bernard Maris), Sumisión es un provocador planteamiento que levantó ampollas entre los sectores musulmanes de su país desde el momento de su publicación.
Sumisión es un «ejercicio de política ficción» que se presenta como la última provocación del enfant terrible de las letras galas, aunque, mirada con lupa, no es tan fiero el lobo y lo que se encuentra tiene, en realidad, cierto tufo conservador entre sus páginas.
En la novela se presenta a François, un profesor de la Sorbona que ha dedicado su vida al estudio del escritor decadente Joris-Karl Huysmans. Sumido en una existencia monótona, que sólo logra entretener con encuentros sexuales con prostitutas y con una antigua alumna, Myriam, François observa cómo llega al poder el líder islamista Mohammed Ben Abbes tras ganar las elecciones presidenciales en segunda vuelta, con el apoyo de los socialistas y la derecha moderada. El resultado no preocupa de inicio al profesor, que observa cómo su amante Myriam, de ascendencia judía, tiene que huir del país, y cómo poco a poco las mujeres son apartadas de la vida pública e intelectual y se islamizan todas las instituciones del país. Cuando se decide que los profesores que quieran seguir impartiendo clases en la Sorbona deben convertirse a la fe de Mahoma, François, antaño ateo, comienza a plantearse abrazar el Islam.
Sumisión: ¿una novela incómoda?
No es la primera vez que el escritor francés incomoda a los extremistas musulmanes. En 2002 Houellebecq afirmó que «el islam es la religión más estúpida de todas«, lo que provocó las amenazas de grupos extremistas. Michelle Houellebecq se defiende de las críticas y señala que en Sumisión «No quería hablar de los musulmanes sino hacer un ejercicio de política ficción, porque hay gente que utiliza el Islam como un instrumento de poder«, una justificación que tranquiliza a algunos pero que no disipa las dudas sobre su aversión al Islam.
En Sumisión la intelectualidad francesa tampoco se salva de su mirada crítica. En el nuevo estado islámico francés, la universidad es uno de los primeros focos del gobierno, que impone la obligación de abrazar la religión para poder dar clases. En su mayoría, incluido el protagonista de la novela, todos los profesores aceptan no sin cierto regocijo (para los profesores se ofrece la posibilidad de contraer matrimonio con varias mujeres que el partido busca y selecciona para ellos). Una visión que nos enfrenta a la idea de que incluso la clase más legitimada para hacer frente intelectual al totalitarismo religioso en espacios en los que la religión no debería estar presente, no son capaces de luchar y se «venden» por la comodidad de un puesto, un aumento de sueldo y un par de mujeres.
Sobre ese aspecto, llama la atención que el papel que el Islam de la novela de Houellebcq destina para la mujer no es mucho peor que la visión del propio escritor, que plantea una mirada ciertamente machista y sexualizada de las compañeras de François, presentadas como meros objetos con los que él tiene encuentros sexuales. Como la sociedad que imagina, el protagonista relega a las mujeres a un segundo plano, convirtiéndolos en medios para su propio placer.
Sumisión es, en definitva, una novela irregular, que ha creado interés por todo el ruido generado a su alrededor pero que no representa un diferencial en el panoramao literario. Algunas voces señalan que es la peor novela de Houellebecq hasta el momento, si bien se deja leer.
Referencias
Michel Houellebecq, Sumisión (traducción de Joan Riambau), Barcelona, Anagrama, 2015, 285 páginas.
La imagen de Michel Houellebecq está tomada de Wikimedia Commons y es de Mariuz Kubik. La imagen de portada es cortesía de la editorial Anagrama.