Para los amantes de la literatura suele ser muy gratificante encontrarse con títulos que tienen la lectura, los libros o el mundo de las librerías como centro de su argumento. 84, Charing Cross Road, de Helen Hanff, El lector, de Bernard Schlink, El libro de las ilusiones, de Paul Auster, Farenheit 451, de Ray Bradbury, La buena novela, de Laurence Cossé, La historia interminable, de Michael Ende o La librería, de Penelope Fitzgerald, entre otras, son ejemplos de ese universo autorreferencial en el que el lector empedernido encuentra confort y guiños que paladea y disfruta como un niño un caramelo.
Pero quien piense que tener una librería es un trabajo sencillo que transcurre como un río tranquilo y plácido está equivocado. La librera austriaca Petra Hartlieb (1967) demuestra en su novela Mi maravillosa librería (Meine wundervolle Buchhandlung, 2014) que la visión idealista de esta profesión no debe ser tal: las dificultades que conlleva la gestión de un negocio como éste, los altibajos, las noches sin dormir, los préstamos al banco y, eso sí, la satisfacción que produce dedicarse a la venta de objetos tan especiales como son los libros, son la auténtica realidad de una librería.
Mi maravillosa librería relata la experiencia de la propia Hartlieb montando una pequeña librería en su ciudad natal. Tras dedicarse durante años al periodismo cultural, esta intrépida mujer decide aprovechar una oportunidad inmobiliaria y comienza a preparar el nuevo negocio. Ayudada por su marido, un ejecutivo de una importante editorial alemana, se traslada con su familia desde Hamburgo a Viena para lanzarse a la aventura. Pronto descubrirá que la imagen idealista que tiene sobre el negocio es humo, aunque, tras mucho esfuerzo y trabajo, su librería despega y les permite vivir de ella.
La novela de Petra Hartlieb es una confesión desmitificadora sobre su amor por los libros y las librerías. Es una historia que trata en realidad de una locura que se convierte en realidad: la de ser librero. Y en esa crónica sobre una decisión y viaje inciertos la autora no deja eslabón por visitar: desde la compra del inmueble hasta la relación con sus clientes, pasando por el mundo de la distribución, las firmas de libros, las campañas navideñas y la búsqueda de empleados. Tampoco deja Petra Hartlieb sin mencionar la competencia desigual a la que se tiene que enfrentar un pequeño negocio de libros con gigantes de la venta online como Amazon, a quien culpa de las dificultades por las que atraviesan muchas librerías en su particular cruzada.
La novela de Petra Hartlieb es liviana y está llena de anécdotas a través de las cuales discurre una narración amena y adictiva. Uno de los principales aciertos de la autora es no dejarse llevar por la idea romántica de las librerías y aportar su granito de arena realista a esa lista de libros sobre libros y librerías que mencionábamos al principio. Un libro lleno de encanto pensado especialmente para aquellos que aman el libro de papel.
Petra Hartlieb, Mi maravillosa librería (traducción de Manolo Laguillo), Cáceres, Periférica, 2014, 233 páginas.La imagen de portada tiene (c) de Alejandra Manzano. Cortesía de la editorial Periférica.La imagen de Petra Hartlieb está tomada de la web de Periférica.