Flores hermosas, pequeñas o modestas. Flores masculinas o femeninas, suculentas o perfumadas. Edén trufado de Naturaleza que habla con sus colores y aromas. La escritora brasileña Clarice Lispector (1920-1977), de cuyo nacimiento se cumplen cien años en 2020, trazó en De Natura Florum un jardín rebosante de flores que observa y retrata como si personas se tratara, con su propia personalidad y virtudes. Su edén exhala la belleza vibrante de las flores que nomina, en un diálogo entre poético y humorístico que se antoja una propuesta necesaria cuando se desea leer un libro con la pausa y la tranquilidad que no siempre permiten estos tiempos.
De Natura Florum fue escrito en 1971 y publicado en el diario de Río de Janeiro Jornal do Brasil, aunque en 1984 en integró el volumen A Descoberta do Mundo. Lo recupera este año la editorial Nórdica Libros con motivo del centenario de la escritora, con una preciosa edición ilustrada por Elena Odriozola, Premio Nacional de Ilustración en 2015, y traducción de Alejandro G. Schnetzer, brindando al lector un herbario en prosa que recoge diecinueve descripciones de flores y cinco definiciones botánicas que ponen en contexto el particular jardín de Clarice Lispector. Así, desfilan ante el lector rosas, claveles, orquídeas, geranios, siemprevivas o crisantemos, que la escritora dota de vida y carácter con unos pocos rasgos esbozados. En este desfile floral, en la pluma de la escritora brasileña, los claveles encarnados gritan con violenta belleza, las violetas son introvertidas, y el cactus es el esplendor que nace de la esterilidad despótica.
Los textos de Clarice Lispector son inclasificables por género. No son exactamente poemas, pero tampoco lo suyo es prosa poética. La voluntad de la escritora brasileña es componer un herbario personal en el que el conjunto sugiere lirismo y cierto toque de humor que puede recordar a las greguerías sernianas. Se trata de pequeños artefactos literarios que invitan a la relectura y resuenan poco tiempo de terminarla. Puro juego poético…, y algo más.
Por su parte, el trabajo de la ilustradora Elena Odriozola consigue un diálogo fluido y sugerente con el jardín de Lispector, transmitiendo vida y movimiento. Sus flores ilustradas a doble página se convierten en hombres, mujeres y niños que encarnan sus personalidades, con un trazo ligero y dominado por colores primarios (rojos, azules, verdes y, en ocasiones, ocres y amarillos) y texturas que van desde la línea hasta el estampado.
El resultado de este diálogo artístico-literario es un volumen que destaca por la belleza del libro-objeto. La edición de Nórdica Libros se huele y se mira, como un ramo de flores, y en su brevedad radica el placer de revisitarlo. Como un jardín, invita al paseo, al caminar no lineal para descubrir nuevas sendas. Un bello edén para celebrar la obra de Clarice Lispector.
Clarice Lispector, De Natura Florum (dibujos de Elena Odriozola; traducción de Alejandro G. Schnetzer), Madrid, Nórdica Libros, 2020, 54 páginas.