El marido de Mizuki desapareció hace tres años y, desde entonces, ella vive obsesionada por su ausencia, de la que aún no se ha recuperado. Una noche, el esposo, Yusuke, aparece de repente en su cocina, explicándole cómo murió: ahogado en el mar devorado por unos cangrejos. Además, le hace una inesperada petición: que lo acompañe en un último viaje a la costa donde desapareció. Mizuki acepta con naturalidad la (re)aparición de su marido y emprende ese viaje con él, en una especie de recorrido inverso desde el presente al pasado con ciertos toques de espiritualidad.
Con esta historia la escritora japonesa Kazumi Yumoto (1959) crea en Viaje a la costa (Kishibe no Tabi, 2010) una reflexión sobre la pérdida y la aceptación de la muerte que contó con una adaptación cinematográfica a cargo de Kiyoshi Kurosawa que fue merecedora en 2015 del premio «Un Certain Regard» a la Mejor Dirección en el Festival de Cannes.
En Viaje a la costa Kazumi Yumoto compone una historia de aires costumbristas y trasfondo sobrenatural y, también, de alguna forma, esperpéntica, logrando que el lector acepte como normal la situación de los personajes. El viaje se plantea como un recorrido hacia el pasado del matrimonio, hacia su relación y sus momentos de confianza, un viaje en el que los personajes se alojan en pueblos, aceptan pequeños trabajos y se relacionan con otras almas que, como Yusuke, siguen vagando entre los vivos. Este viaje le permite a la escritora japonesa esbozar una historia que fluye despacio con un ritmo pausado e hipnótico, y que, si bien alejada de su primera novela, gustará a aquellos que descubrieron a Kazumi Yumoto con Los amigos.
Kazumi Yumoto, Viaje a la costa (traducción de Rumi Sato y José Pazó Espinosa), Madrid, Nocturna, 2016, 215 páginas.La ilustración de portada es obra de la artista alicantina Ana Oncina.