‘Taiheiki. La Gran Pacificación’

En la literatura medieval japonesa destacan dos grandes obras épicas: el Genji Monogatari (c. 1000) y el Heike Monogatari (siglo XIII), ambas centradas en las andanzas y vicisitudes de los clanes rivales de Minamoto y Taira, respectivamente. Menos conocida es La Gran Pacificación (Taiheiki), una obra anónima escrita en el siglo XIV que se presenta, como indica Juan Antonio Vizcaíno en su reseña para el suplemento cultural del diario ABC, como una especie de apéndice histórico de los dos anteriores, centrándose, en esta ocasión, en la caída del shogunato Kamakura (1333), regentado por el clan de los Hojo.  Es, además, una influyente obra de la que han bebido el teatro noh, el kabuki, el bunraku e incluso el manga y el anime, y constituye, según Alexander Paez (autor del blog El peso del aire), junto al Kojiki. Crónicas de los antiguos hechos de Japón, una vía única para conocer los inicios culturales de Japón.

La Gran Pacificación, que la editorial Trotta publicó en 2016 en una nueva traducción directa del japonés (la primera que se hace directamente del original) de Akikazu Tano, Twiggy Hirota y Carlos Rubio, es un documento histórico que puede leerse como una magna narración bélica de los acontecimientos que dieron lugar a las relaciones político-militares en el Japón del siglo XIV. Una narración que, gracias a la cuidada edición de Trotta, excelentemente contextualizada con un ajustado prólogo del profesor Carlos Rubio y traducido con pulso para ofrecer una versión legible y fluida, acerca al lector no conocedor de los textos medievales japoneses (me atrevería a decir que la mayoría de los lectores en lengua española interesados en la literatura nipona) a esta etapa histórica del País del Sol Naciente.

En La Gran Pacificación (Taiheiki) se narran los enfrentamientos bélicos que acaecieron entre 1318 y 1367, cuando los shogunatos pujaban entre ellos por hacerse con el poder y el control territorial. El epicentro de la narración se encuentra en la historia del emperador Godaigo, quien declaró la guerra al shogunato de Kamakura, ostentado por la familia Hojo, con el objetivo de recuperar el poder político que los militares habían arrebatado a sus antepasados en 1191. Guerras civiles entre dos clanes y, en definitiva, dos ámbitos muy distintos: la corte guerrera de Kamakura y el refinado Kioto. Una suerte de Juego de Tronos nipón del que emanan todos los componentes de las narraciones épicas: guerras y violencia, intrigas, desdichas e incluso lágrimas de los señores y guerreros.

En ese mundo de grandes señores de la guerra, el texto ofrece al lector una compleja semblanza de aquellos caudillos que sentaron las bases del sistema político japonés en el medioevo. Además de ese componente histórico, La Gran Pacificación también puede leerse en clave social, ya que en el libro se encuentran las principales líneas del código ético de los guerreros japoneses, el bushido. El volumen es, asimismo, una crónica sobre la transformación social, política y cultural de Japón.

La estructura de La Gran Pacificación se articula en tres partes diferenciadas coincidentes con un periodo histórico distinto: la narración de la caída del shogunato de Kamakura en 1333, la historia de Godaigo y la vida en shogunato de Ashikaga. Como punto en común la historia tiene como referente la caída de la familia Hojo. La cantidad de información, nombres, y hechos históricos del texto es en ocasiones apabullante para un lector occidental de nuestra época, desconocedor de muchas de las claves históricas que se narran, si bien el prólogo del profesor Carlos Rubio y las notas aclaratorias de la edición de Trotta permiten acercarse al texto con seguridad.

La Gran Pacificación no es, no obstante, una lectura sencilla. Es en cierta medida exigente, tanto como puede serlo la Divina Comedia de Dante Alighieri o El Quijote de Miguel de Cervantes. Sin embargo, los acontecimientos histórico-bélicos rememorados, las referencias al mundo de los samurráis o los momentos de tensión y drama de la narración hacen de La Gran Pacificación una crónica de ese Japón que se encuentra en el imaginario colectivo de muchos lectores: el de los guerreros, los shogunes, las batallas y las damas de la corte. Como señala Carlos Rubio en su introducción, «un monumento imperecedero de las letras de Japón.»

Ficha bibliográfica
La Gran Pacificación. [Taiheiki] (traducción de Akikazu Yano, Twiggy Hirota y Carlos Rubio), Madrid, Trotta, 2016, 404 páginas.

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