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‘Namiko’, de Tokutomi Roka: la familia como prisión

Namiko, del escritor japonés Tokutomi Roka (1868-1927), es una novela que gana al situarla en su contexto histórico y literario. Su historia, tomada de manera independiente, no es especialmente llamativa: dos jóvenes casados que se aman profundamente se ven separados por las intrigas de sus familias y por los avatares de la guerra sino-japonesa, siendo objeto de sufrimientos que ponen a prueba su amor a lo largo del tiempo. Se trata de una suerte de novela bizantina pasada por el tamiz oriental que, sin embargo, vista desde la distancia, si bien resulta algo acartonada, muestra también ciertos aspectos innovadores propios del contexto de renovación social, política, económica y cultural del periodo Meiji en el que se gestó.

Namiko, publicada por entregas entre 1898 y 1899, está basada en la historia real de Nobuko, la hija del célebre militar y político japonés Oyama Iwao. Inmediatamente se convirtió en uno de los mayores éxitos de ventas literarios del periodo Meiji y consiguió «enganchar» a miles de japoneses conmovidos por la historia de los jóvenes amantes. Su fortuna fue tal que logró traspasar fronteras y en 1904 llegó la primera traducción de la obra al español, aunque la primera vez que la novela ha sido vertida directamente del japonés no ha sido hasta 2011, más de cien años después, gracias a la editorial asturiana Satori.

El argumento de Namiko gira alrededor de la protagonista femenina que da título al libro, una joven, hija de un respetado militar, que acaba de casarse con el alférez de marina Takeo en un matrimonio concertado por su importante familia. Entre ambos surge pronto un sincero sentimiento de amor que se ve empañado por la desconfianza, los celos y el complicado carácter de su suegra, la señora Kawashima, que hace todo lo posible por alejar a Namiko de Takeo, aun sin el consentimiento de éste, cuando la joven muestra los síntomas de haber contraído tuberculosis.

El ie o familia tradicional japonesa, blanco de la crítica de Tokutomi Roka

Uno de los aspectos más interesantes de la novela, que se lee por otra parte como un curioso folletín, es la crítica directa hacia la institución de la familia japonesa como ejemplo de inmovilismo tradicional frente a las influencias de la modernidad de Occidente. Tokutomi Roka fija su mirada en el sistema nipón del ie (familia), una especie de patriarcado lleno de normas y deberes para sus miembros, y lo enfrenta a la modernidad y el progreso que viene determinado por el individualismo de las personas dentro del marco social japonés. La novela plantea un drama que impide la libertad individual de dos personajes que reclaman para amarse y vivir juntos, mientras al mismo tiempo pone el acento en la crítica hacia el viejo sistema japonés que relegaba a las mujeres a un segundo plano, atrapadas en el ambiente machista de las familias y el sometimiento a las normas. En este sentido, el profesor Carlos Rubio, en su prólogo a la edición de Satori, sintetiza el significado de la novela de Tokutomi Roka afirmando que «Namiko es la historia de la lucha del sentimiento individual contra la fuerza de un valor colectivo como el de la familia.«(1)

No obstante, Tokutomi Roka es lo suficientemente sutil como para no plantear su discurso en términos únicamente elogiosos hacia la modernidad que venía de Occidente y que el emperador Meiji potenció a finales de siglo XIX. El escritor japonés también critica la imitación servil de las costumbres occidentales, representada por la segunda señora Kataoka, madrastra de Namiko.

La novela de Tokutomi Roka (por cierto, el primer autor japonés que fue traducido en lengua española), muestra sin embargo algunos de los defectos sobre todo en la construcción de la psicología de los personajes. En Namiko existen dos claros grupos: los buenos y los malos, y en cada uno de ellos la bidimensionalidad de sus personajes es más que evidente. La idea de ese amor más allá de la muerte que experimentan los dos enamorados, Namiko y Takeo, puede ser un tanto ingenua, alejando al lector de sus personajes que, a pesar de todo, consiguen conmover. Namiko también tiene un pequeño lastre: la confesión religiosa de su escritor. Tokutomi Roka era cristiano (lo que en un país como Japón suponía ser una minoría) y este factor determina que en alguna ocasión el escritor intervenga de manera poco sutil en el argumento para plantear dilemas morales que se resuelven desde un punto de vista cristiano, como es el caso de la escena de la señora Ogawa, que el propio escritor encontraba poco oportuna en el prefacio a la segunda edición del libro.

Pese a sus defectos, Namiko es una novela interesante para comprender un periodo histórico y literario del Japón de finales del siglo XIX.

Referencias

Tokutomi Roka, Namiko (traducción de Rumi Sato), Gijón, Satori, 2011, 306 páginas.

(1) Ibidem, página 10

La imagen es de la portada de la edición de Satori

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