La editorial asturiana Satori ha publicado el segundo volumen recopilatorio de haikus del maestro del género Matsuo Bashō (1644-1694), Leve presencia, un conjunto de poemas seleccionados y traducidos por el profesor Fernando Rodríguez-Izquierdo que tiene como punto en común la relación del haijin con la Naturaleza.
En este sentido, la lectura de esta recopilación de haikus nos enfrenta precisamente al aware o admiración de la Naturaleza, vista en este caso a través de los ojos del haijin durante sus peregrinajes. El aware de Bashō tiene su origen en las situaciones y elementos más diversos, en la mayoría de los casos modestos y sencillos, «leves presencias» que a ojos del poeta cobran una relevancia y belleza especial.
La Naturaleza retratada por Matsuo Bashō es, así, la cotidiana, la humilde y la que está al alcance de todos, sin grandilocuencia romántica: lluvia, fruta, animales, etc., que muestran un curioso contraste entre el refinamiento y la humilde cotidianidad. Un hermoso ejemplo sería el haiku «Compone un ikebana/ de azaleas, y a su sombra/ ella va troceando/ bacalao seco«, donde el arte floral japonés se muestra en paralelo a una sencilla tarea diaria. La Naturaleza es, por tanto, un espectáculo que puede acontecer y disfrutarse en cualquier momento, un deleite que el haijin vive tanto en la contemplación como en otros instantes sensoriales.
De este modo, en la selección del recopilatorio de Satori no faltan los clásicos haikus visuales de sorpresa («Nunca te olvides/ de esa flor del ciruelo/ nacida entre el boscaje«), pero también se reúnen otros poemas que ofrecen una faceta más personal e íntima de Matsuo Bashō («Vuelvo a mi hogar, regreso/ a mi cordón umbilical,/ llorando en fin de año») o («Añoro a padre y madre/ muy dentro, cuando escucho/ el canto del faisán»), en los que el poeta abre una ventana a sus emociones de nostalgia hacia la niñez y hacia sus padres.
Así, son particularmente interesantes estos haikus que nacen de la propia experiencia vital del poeta, del mismo modo que nos conmueven aquellos cuya composición nació en un entorno de hospitalidad y amistad, lo que nos ofrece una faceta más humana del inmortal haijin. Bashō, en sus peregrinajes, visitaba en ocasiones a amigos y muchos de los poemas parecen haber nacido de estas experiencias. Por ejemplo, en el haiku «Viendo incluso caballos,/ ¡qué hermosa esta mañana,/ tras la nevada!«, se expresa un espectáculo visual que contrasta la nieve con la figura oscura de unos caballos y que nació, según indica el profesor Fernando Rodríguez-Izquierdo en sus notas, de una visita a un amigo, o el poema «Nubes que van y vienen:/ dan una tregua al público/ que acude a ver la luna«, sobre la contemplación de la luna, nacido en una circunstancia similar.
Leve presencia es, sin duda, una nueva oportunidad para acercarse a la obra de uno de los haijin más importantes de la literatura japonesa, llena de haikus hermosos y delicados capaces de conmover al lector.
Como es habitual en los títulos de la colección que dirige Fernando Rodríguez-Izquierdo, el volumen cuenta con edición bilingüe, una cuidada traducción y unas necesarias e iluminadoras notas en cada poema que ayudan a contextualizar y comprender mejor la obra de Matsuo Bashō.
Para quienes quieran iniciarse y para quienes quieran volver a disfrutar de la obra de uno de los grandes.
Matsuo Bashō, Leve presencia (selección, traducción, introducción y notas de Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala), Gijón, Satori, 2016, 155 páginas.
La imagen de portada es cortesía de la editorial Satori.