Kobayashi Issa es uno de «los cuatro grandes» poetas del haiku clásico junto a Basho, Yosa Buson y Masaoka Shiki, y, probablemente, uno de los autores más queridos y apreciados por los lectores japoneses. Nació en 1763 con el nombre de Kobayashi Nobuyuki, pero utilizó a lo largo de su trayectoria literaria varios pseudónimos entre los que destaca Issa (literalmente, «una taza de té«), sobrenombre que lo popularizó.
Vinculado al mundo del haiku desde la escuela, Kobayashi Issa se dedicó desde joven al estudio de este tipo de poema japonés, teniendo a Basho como su referente y maestro. En la última década del siglo XVIII Kobayashi decidió hacerse monje budista itinerante, emprendiendo un peregrinaje que duró diez años. En ese transcurso de tiempo conoció a varios haijin (poetas que cultivan el haiku) con los que publicará varias antologías colectivas. En 1795 publicó su primer libro de poemas, Tabishui, ya con el pseudónimo de Issa.
Kobayashi Issa realizó diversos viajes por diferentes puntos de la geografía japonesa, realizando todo tipo de trabajos hasta que finalmente se afincó en Kashiwabara. Contrajo matrimonio en tres ocasiones y llevó una existencia marcada por la pobreza y las dificultades, hasta que falleciera en el invierno de 1827.
La singular poesía de Kobayashi Issa nos ha llegado recientemente en una selección y traducción a cargo del profesor Fernando Rodríguez-Izquierdo, titulada Mi nueva primavera y publicada por Satori Ediciones dentro de su colección Maestros de Haiku. Un total de 70 poemas en una edición bilingüe y ampliamente comentada por el traductor, que nos acerca a uno de los poetas fundamentales de la literatura japonesa.
Kobayashi Issa: un poeta de la sencillez y de lo cotidiano
La poesía de Kobayasi Issa se caracteriza, en general, por su sencillez, su ternura y su gracia. La mirada del poeta se dirige hace lo cotidiano, hacia los momentos más sencillos de la existencia y hacia los animales más humildes, especialmente insectos como arañas, mosquitos, luciérnagas o libélulas, un motivo bastante frecuente en su poesía.
En este sentido, Issa es un poeta que recrea la cotidianidad, describiendo escenas aparentemente triviales como unas goteras o el cambio de ropa que se produce con la llegada de la nueva estación. Son momentos triviales en los que el poeta ve algo digno de recordarse, instantes casi espiados en los que los animales se observan con ternura: «Junto al portón, el perro/ se abalanza a una mosca/ -su boca, abierta-.»
Otro de los aspectos destacados de la poesía de Kobayashi Issa es la impronta de sus vivencias personales, en especial de su peregrinaje por tierras japonesas. Además, el poeta es un ávido observador de las tradiciones de su país, invitando a disfrutarlas y a vivirlas con gozo. Parece como si Kobayashi Issa quisiera ofrecer la identidad nipona a través de sus costumbres y paisajes, motivo de muchos de sus poemas.
En efecto, Issa gusta de lo visual, en haikus en los que el lector queda atrapado por imágenes capaces de transmitir una amplia gama de sensaciones visuales. En esta línea, también encontramos haikus que podrían leerse como existenciales, en los que el haijin plasma una honesta mirada hacia sí mismo: «Flores y luna;/ cuarenta y nueve años/ de andar sin rumbo.»
La antología que nos presenta Satori está llena de haikus delicados, sin grandilocuencias ni imágenes que busquen un impacto estético innecesario. Kobayashi Issa parece disfrutar en poner la mirada en lo que le rodea y destacar, dentro de lo cotidiano y humilde, la belleza que en ello subyace. Una selección que se disfruta mucho.
Referencias
Kobayashi Issa, Mi nueva primavera (selección, traducción, introducción y notas de Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala), Gijón, Satori, 2015, 153 páginas.
La imagen de Kobayashi Issa es un retrato de Muramatsu Shunpo: Está tomado de Wikimedia Commons.