Un famoso pintor de estilo occidental, Joji Yuasa, regresa del extranjero tras una década viviendo fuera de Japón. Su vuelta coincide con el derrumbamiento de su matrimonio, en pie apenas por apariencias mientras se resuelve el divorcio, y un cierto bloqueo artístico, que Yuasa conjura viviendo breves historias amorosas con mujeres jóvenes. Un día, recibe la carta de una desconocida, Takao Komaki, que le insta a conocerse. Tras varias cartas que le emplazan a un encuentro en la estación de Sendagaya, decide acudir, interesado. En esa cita descubre a una joven de a penas dieciocho años decidida y con actitudes fuertes y viriles, que le confiesa que se ha enamorado de él. Komaki es una joven fascinante que sin embargo reconoce una cierta dualidad en su manera de ser. Tras pasar juntos la noche en un hotel, la joven desaparece de la vida del pintor.
La premisa de Confesiones de amor (Iro Zange, 1935), de la escritora japonesa Chiyo Uno (1897-1996) es el amor en distintas facetas y en diversos grados de obsesión. Amores intensos y desesperados, en ocasiones trágicos, cuyo epicentro es Joji Yuasa, un trasunto del pintor Seiji Togo, de enorme popularidad de su época y padre del futurismo japonés, sobre todo a raíz de su intento de suicido junto con su amante, que no sobrevivió a la tentativa. Togo sí lo hizo, y su historia intrigó a la escritora hasta el punto de entrevistarse con él en varias ocasiones y novelar sus vivencias amorosas en Confesiones de amor, publicada por entregas entre 1933 y 1935 en la revista Chuo Koron y que recuperó Alpha Decay con traducción de Junichi Matsuura y Lourdes Porta.
Las relaciones que nos presenta Chiyo Uno en Confesiones de amor ofrecen miradas hacia el amor muy diversas: el amor osado y acuciante, el amor obsesivo y desesperado o el amor confortable y tranquilo. También un tipo de amor desapegado y, por entonces, eminentemente masculino, encarnado por ese pintor que, presa de sus caprichos, seduce y ama a mujeres jóvenes para luego olvidarlas. Pura satisfacción y conquista.
El retrato de las mujeres que recoge Chiyo Uno, es, sin embargo, mucho más agudo y de una psicología más compleja que la del personaje masculino. Las mujeres de Confesiones de amor son, cada una a su manera, extraordinarias, en muchos casos rompedoras para su época. Representan distintos modelos de ser mujer o situarse en la sociedad asumiendo el rol de género que se impone o se elige. Mujeres que, como la propia Chiyo Uno, no siempre encajan en los roles impuestos por la sociedad japonesa y buscan su propio espacio y su propia voz, y en eso se nota que la escritora imprimió su propio carácter en la personalidad de la novela: moderna, atrevida y rompedora de tabús.
Las historias de amor que recoge la novela de Chiyo Uno son viscerales, apasionadas y en ocasiones perturbadoras. No escatima la autora japonesa en describir escenas y momentos que, en la década en la que fue publicada, tienen mucho de osadía. Una novela que sorprende por su modernidad y que nos permite recuperar la obra y la figura de una mujer rompedora que vivió su vida de manera libre.
Chiyo Uno, Confesiones de amor (traducción de Junichi Matsuura y Lourdes Porta), Barcelona, Alphay Decay, 224 páginas.
Imagen de portada: Mushikago, de Itô Shinsui