Uno de los escritores más sobrevalorados de la historia de la literatura es y será el japonés Haruki Murakami. Cuando no publica novela me suelo olvidar de que existe, pero cuando está a punto de invandir las mesas de novedades con un libro, las campañas de márketing y los fanáticos a su literatura se empeñan en recordarme de que aún sigue publicando historias pelmas con personajes y situaciones supuestamente originales.
Seguro que más de uno verá estas opiniones como una herejía y alguna que otra crítica me llegará, pero Haruki Murakami es un escritor sobrevalorado. Y mucho. Hay rasgos de su literatura y del márketing que le rodea que me molestan y que conviene recordar de manera periódica, preferentemente cuando acaba de publicar un libro. A saber:
1. Es un «topo». Haruki Murakami es un infiltrado en la llamada Gran Literatura. En el fondo escribe best-sellers, con los mismos códigos narrativos que los de este «subgénero», y el objetivo comercial de sus novelas se huele a la legua. Sus seguidores y hipsters en general no saben (o quieren reconocer) que están consumiendo best-sellers y piensan que están leyendo el colmo de la vanguardia narrativa japonesa.
2. Su persona y su obra se venden como un producto más de márketing. Sus apariciones públicas y sus palabras están calculadas para generar un halo de misterio. Lo último: la presentación de su última novela, El descolorido Tsukuru Tazaki y sus años de peregrinación, para la que se sortearon entradas entre sus fans. Repito: se sortearon entradas para asistir a la presentación de un libro en Japón. Como Murakami llevaba 18 años sin aparecer en público en su país natal, el delirio fue de traca. Para saber cómo se puede vender 1 millón de copias de un libro en una semana, lean este artículo. El márketing también puede ser amiguito de los escritores.
3. Es pretencioso. En argumentos y títulos. Hay mucha impostura en esa supuesta originalidad: historias estrafalarias, metáforas a cascoporro, personajes planos pero con un aura de misterio y distancia, y muchas, muchas referencias literarias y cinematográficas de la cultura popular (occidental, faltaría más) que permiten a sus lectores sentirse distintos porque reconocen todos esos nombres y no son como «el resto», que pierde el tiempo en libros en los que no se menciona a los Beatles, a Kafka o a Los hermanos Karamazov.
4. Es el escritor que lee la gente que dice leer literatura japonesa. Esos declarados fans de la literatura japonesa desconocen que hay vida (y calidad) más allá de Murakami. Pero, eso sí, queda supercool decir que eres seguidor de Haruki Murakami. Son muy pocos los que sienten la necesidad de acercarse a otro tipo de literatura japonesa de verdad. No vaya a ser que descubran que se les ha estado tomando el pelo y que la narrativa nipona es algo más que historia raras con referencias culturales.
5. Que se le considere como candidato a Premio Nóbel de Literatura. No es que la historia de este premio se caracterice por reconocer a los mejores, pero las apuestas llevan amenazando en los últimos años con premiar al escritor nipón. Y eso da miedo.
Como en el blog del lectormalherido lo explican mejor, copio los puntos a tener en cuenta para identificar un auténtico Murakami de pata negra y no confundirlo con un best-seller:
1. Dos personajes protagonistas; un hombre y una mujer.
2. Un adolescente (hombre o mujer) rarito.
3. Sexo cada 50 páginas. Los hombres entran a él como idiotas y las mujeres son frías y lanzadas y parece que les hacen un favor a los hombres por comerles la polla, dejarse penetrar o hacerles una paja.
4. Cosas raras.
5. Todo personaje es descrito físicamente; todo personaje, cuando cambia de ropa, es descrito en su indumentaria. Todo personaje que come ve detallado qué come y qué bebe. Absolutamente todos y siempre. Si de algún personaje no se dice qué ropa lleva, es que va desnudo y está follando.
6. Cultura. Siempre encontrarán referencias a libros, música, cine y artes plásticas en una obra de Murakami. Y siempre serán referencias de Trivial o, incluso, de esos tests que vienen en los sobrecitos del azúcar. Cosas como quién descubrió América. En esta novela:George Orwell, Chejov, Steve McQueen, Jeff Beck, Telemann, La huida, El gran Gatsby, Los hermanos Karamazov…
Bonus track: el escritor afirmó recientemente: «Quiero que piensen sobre mí que como una especie en peligro – está bien mirarme de lejos, pero con cuidado porque puedo morder si se me acercan, me hablan o me tocan«. Sin palabras, ¿verdad?
La imagen de Haruki Murakami está tomada de www.dbutzmann.de