La editorial barcelonesa Alba nos tiene muy bien acostumbrados. A su catálogo de obras de ficción de textos y autores clásicos ha sumado este año Rara Avis, una nueva colección dirigida por el editor y escritor Luis Magrinyà con la que pretende recuperar rarezas y textos inéditos, y cuyos primeros títulos están siendo todo un regalo para los rastreadores de curiosidades literarias. Si bien es cierto que la colección se abrió con un texto japonés de Nagai Kafu, Geishas rivales, parece que la editorial se está decantando por joyas británicas que, para los que amamos la literatura inglesa, son todo un descubrimiento. Entre ellas se encuentra El mensaje del muerto (The Dead Man’s Message, 1894), de la escritora Florence Marryat (1833-1899), una novela que mezcla la fábula moral con lo sobrenatural y que supone una lectura de lo más sugerente en esta estación en la que los días se hacen más cortos y oscuros y en la que el tiempo invita a quedarse en casa.
El nombre de Florence Marryat, pese a haber escrito más de 80 obras, no es conocido por el gran público. Se trata de una escritora atípica y transgresora, sobre todo en la Inglaterra del XIX, cuya prolífica obra, coherente de alguna manera con su propia vida, aborda temas que ahora no nos son ajenos pero que en su siglo resultaban muy provocadores. Adulterio, bigamia, malos tratos, espiritismo, muertos, fantasmas, vampiros… todo un catálogo de perspectivas sobrenaturales e incluso escandalosas que granjearon a la autora británica la fama de rara avis en la sociedad victoriana de su época.
Ese gusto por lo sobrenatural se encuentra en la columna vertebral de la que fuera una de sus últimas obras, El mensaje del muerto. Ya en sus primeras páginas se advierte que la escritora tiene una voluntad transgresora y propone como punto de partida un recurso inusual en la literatura de su época: su protagonista, el profesor Aldwyn, un huraño y violento hombre de ciencia, muere en las primeras páginas del libro, surgiendo así una trama “del más allá” en el que el espíritu del personaje vaga en el mundo de los vivos descubriendo los auténticos sentimientos que hacia él albergaban su mujer e hijos, sus amigos y sus empleados, e intenta, aconsejado por su ángel custodio, John Forest, un químico y científico que influyó al profesor, enmendar su pasado para poder abandonar ese purgatorio y entrar en el plano celestial.
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Florence Marryat, El mensaje del muerto (traducción de Eugenia Vázquez Nacarino), Barcelona, Alba, 2012, 204 páginas.La imagen de portada es cortesía de la editorial Alba.