Es octubre y empieza a refrescar. Afuera el otoño invita a disfrutar del momiji, pero en realidad es tiempo para otras celebraciones. Yukio se inclina ante su mentor y le ofrece su mano. Se transmite una corriente entre los dos, más allá del respeto, la admiración o la simpatía. Viste como un occidental, sonríe y felicita al maestro por su premio. Yasunari, por el contrario, lleva un atuendo al estilo tradicional, y mira al joven sonriente que le transmite sus felicitaciones feliz de verlo contento. Ninguno sabe (o quizá sí) que no habrá muchos otoños más que celebrar juntos.
Yukio Mishima felicita a Yasunari Kawabata por la concesión del premio Nobel de Literatura al escritor japonés en 1968. Foto: Kyōdō Tsūshinsha.