Hace unos cuantos post hablé de un conjunto de textos que tenían como denominador común la figura del arribista social. Obras en las que la trama argumental se centra en la meteórica ascensión de individuos que se valen, sobre todo, de su absoluta falta de escrúpulos, un cierto encanto personal y una más que notable y fructífera confianza en sí mismos. «Trepas», en definitiva, que pueblan desde tiempos remotos el mundo y, cómo no, el universo de la literatura.
A esta lista sumo una nueva obra, un deslumbrante e interesantísimo libro que ha caído en mis manos recientemente: ¿Por qué corre Sammy? (What makes Sammy run?, 1941).
He de confesar con pudor que hasta el reciente fallecimiento de su autor, el escritor norteamericano Budd Schulberg (27 de marzo de 1914-5 de agosto de 2009) no me había decidido a acercarme a ninguno de sus libros, pese a las excelentes críticas de su obra El desencantado (The disenchanted, 1951), su relación con el Hollywood dorado (fue, además de escritor, guionista, recibiendo en 1954 un oscar por La ley del silencio (On the waterfront)) o por los elogios profesados hacia la obra que nos ocupa. Suele suceder, y la verdad es que es lamentable que la muerte de un escritor sea la causa de que se despierte nuestra curiosidad por saber y leer sobre él. Aunque al menos es una manera, un tanto luctuosa, de descubrir buena literatura.
El arribista social en el mundo de Hollywood
¿Por qué corre Sammy? aborda el personaje del arribista social situándolo en un espacio y tiempo propicios para la irrupción y desarrollo de este tipo de individuos: el Hollywood dorado de la era de los grandes estudios, donde el glamour del star-system supuraba por cada esquina y el trabajo del guionista formaba parte de un complejo entramado industrial dando lugar, no obstante, a verdaderas obras de arte.
El mundo literario de Budd Schulberg recuerda mucho a otras grandes figuras como Dorothy Parker, Scott Fitzgerald o Anita Loos. En ¿Por qué corre Sammy? encontramos una narración brillante, con una trama casi hipnótica, grandes diálogos y una incuestionable calidad.
El personaje central del argumento, Sammy Glick, es fascinante por cuanto tiene no sólo de arribista social, sino también de tipo humano. El narrador de la historia, un columnista de obras teatrales en un pequeño diario neoyorquino, que posteriormente probará suerte en Hollywood como guionista, es testigo, como los lectores, de la imparable ascensión de Glick como chico de los recados hasta productor de películas. Asombrado por el descaro y la claridad de ideas del pequeño arribista, el narrador nos adentra paralelamente en un mundo fascinante, el de los grandes estudios, el del Hollywood glamouroso de los restaurantes y fiestas, los entramados políticos, las zancadillas, las envidias…
Glick es un personaje absorbente, cínico y muy seguro de sí mismo, como el que retratara Orson Welles en Ciudadano Kane (Citizen Kane, 1941). Schulberg toma como símbolo de su ascensión los zapatos: de los gastados y usados pares de chico de los recados a los zapatos hechos a medida de más de 200 dólares. Glick corre hacia delante con una sola meta: ganar dinero, ser mejor, llegar a la cima. Su manera de hablar y comportarse sólo tienen una dirección: en línea recta y hacia arriba. Poco importan los métodos: hipocresía, engaños, apropiación del trabajo de otros… Sammy Glick es oportunista y cumple a rajatabla los preceptos del arribista social: de la nada a lo más alto, utiliza su encanto personal para medrar a velocidad meteórica, pasando de ser un humilde chico de los recados a guionista y posteriormente productor sin tener formación alguna. Sólo su voluntad y oportunismo.
¿Por qué corre Sammy? es, en definitiva, una novela más que recomendable, no sólo para aquellos a quienes interese este tipo de personajes o el mundo del cine. La novela de Schulberg es inteligente, rica y posee un estilo brillante y personal. Tiene, además, un cierto tono nostálgico, muy contenido, hacia una época dorada, la de un cine casi «artesanal», que buscaba no sólo los beneficios económicos sino la calidad, que fue sin embargo presa fácil en manos de individuos como Sammy Glick. Porque, como se señala en un momento de la novela, «Hollywood está lleno de Sammies Glick».
Más novelas de arribismo social en nuestro primer post dedicado al tema.
Schulberg, Budd: ¿Por qué corre Sammy? (Trad. J. Martín Lloret), Barcelona, Acantilado, 2008.
La imagen de Budd Schulberg tiene (c) The Boston Globe.