Recientemente he leído la biografía sobre Virginia Woolf escrita por su sobrino Quentin Bell en una estupenda y recomendable edición de Lumen. Muchas información, anécdotas y el placer de conocer mejor a una de las voces literarias más sobresalientes del siglo XX. Sin embargo, da cierto pudor escarbar en las vidas personales de los escritores, muchas veces narradas por biógrafos o familiares que poco o nada respetan la voluntad de los artistas. No hay más que ver la cantidad de libros que recogen la correspondencia de escritores con amigos, familiares, seres queridos e incluso amantes. ¿Hubieran querido ellos que su intimidad se expusiera de tal manera? Probablemente no, pero como lectora no puedo evitar alegrarme de que algún heredero bienintencionado haya puesto en circulación cartas, papeles o confidencias.
La reflexión merece un post más trabajado y extenso. Intentaremos recopilar información. Mientras, os dejo con una de las más famosas imágenes de Virginia Woolf, escritora de cabecera en koratai.