Ozu, un hombre de mediana edad, tiene un encuentro casual con un antiguo compañero de escuela mientras realiza un viaje en tren. Esto provoca en él la llegada de una serie de recuerdos en los que emerge la figura de Fletán, un compañero atolondrado y descuidado que se convirtió en su mejor amigo. Mientras Ozu recuerda los momentos de su infancia y adolescencia junto a Fletán y Aiko, una muchacha de la que ambos estuvieron enamorados, el hijo de Ozu, Eiichi, un joven doctor cuya mayor preocupación es conseguir fama y poder entre sus compañeros, decide experimentar en pacientes un peligroso medicamento para curar el cáncer.
La historia que el escritor japonés Shusaku Endo (1923-1996) plantea en su novela Cuando silbo (1979, publicada por Ático de los libros) juega con la contraposición de contrarios que fluyen en dos líneas temporales muy marcadas: la del recuerdo y la inocencia de la infancia, y la de la realidad, dominada por la ambición y la pérdida de confianza en los valores tradicionales. Cuando silbo es también el enfrentamiento de dos generaciones separadas por un traumático acontecimiento, la Segunda Guerra Mundial, que enfrenta una visión humanizada del mundo con otra más egoísta y escéptica.
Shusaku Endo y las huellas del pasado en Cuando silbo
Uno de los aspectos más interesantes de la novela de Shusaku Endo es presentar al lector las marcas infringidas en sus personajes por la guerra (principalmente en Ozu, excombatiente, y Aiko, que perdió a su marido en la contienda) planteando la presencia invisible de una guerra histórica que corre paralela a otra guerra bien distinta: la guerra de los valores que enfrenta a la generación del anciano Ozu con la de su hijo, motivada por sentimientos mucho más individualistas. Shusaku Endo reflexiona, así, sobre el enfrentamiento de una sociedad anterior al acontecimiento histórico con otra que, a pesar de los avances, ha quedado vaciada de toda humanidad, un planteamiento que también trabajaría en 1958 en El mar y veneno.
Otro elemento que caracteriza a Cuando silbo es su mirada hacia el pasado y hacia los derrotados, hacia aquellos que no consiguieron sus sueños y, a pesar de ello, han seguido viviendo con dignidad. La caracterización de este aspecto llega construida con un punto de nostalgia y cierta benevolencia hacia los personajes que la representan (Ozu, Fletán, Aiko y, en la actualidad, el médico Tahara, cuya integridad y compromiso hacia sus pacientes implica que sea desterrado del hospital). Es la visión de Endo la de un escritor desencantado con la realidad social de su país, capaz de abrazar el capitalismo salvaje y olvidar los valores tradicionales, en especial la dignidad y respeto hacia el resto de seres humanos.
Cuando silbo es, en definitiva, una emotiva novela de aparente sencillez que demuestra el pulso del escritor japonés Shusaku Endo como artesano de historias y sembrador de dilemas. Su propuesta nos devuelve una visión amarga y melancólica hacia lo que antaño fue bello y hoy constituye un páramo yermo definitivamente irrecuperable, como ese mar de Ashiya que contempla en las páginas finales. Inusual dentro de su narrativa y, a pesar de ello, igualmente hermosa.
Referencias
Shusaku Endo, Cuando silbo (traducción de Vicky Vázquez, Barcelona, Ático de los libros, 2013, 284 páginas.
Diseño de portada es de Genís Rovira. Cortesía de Ático de los libros.