El feminismo es un trabajo que empieza muy pronto y que dura toda la vida«. Así de contundente se pronuncia la escritora y periodista andaluza Carmen G. de la Cueva (1986) a propósito de su libro Mamá, quiero ser feminista, un relato vital narrado en primera persona acerca de su infancia, su familia o el paso de la juventud a la madurez, experiencias que tienen como punto en común su relación con la toma de conciencia de la desigualdad de género y sus primeros contactos con las ideas feministas. Todo aderezado con las sugerentes ilustraciones de Mar Hernández, «Malota» (1989).
Mamá, quiero ser artista se gestó en unos diez meses pero condensa casi tres décadas de vivencias personales de la autora. Momentos vitales que, de alguna manera, le fueron acercando poco a poco al tema principal del libro, el feminismo: su valoración hacia el propio físico, las relaciones con los hombres, la presión y censura sobre las mujeres en ciudades pequeñas como la que en ella creció… En definitiva, el camino hacia la construcción de su manera de ser mujer.

Carmen G. de la Cueva ha manifestado que ha buscado escribir «un libro feminista desde la experiencia, menos académico”. En efecto, se trata de un libro muy accesible que, desde la propuesta de anécdotas y vivencias, intenta hacer partícipe al lector y persuadirlo de ponerse en el lugar de la autora. En el lugar, en definitiva, de todas las mujeres. Sin embargo, aunque se citan algunos ejemplos de mujeres fundamentales para entender el movimiento feminista, el discurso se queda en parte descafeinado con la falta de figuras relevantes del activismo feminista. Está muy bien hacer una propuesta cercana con ejemplos y nombres que puedan resultar conocidos o vagamente cercanos, pero se echa en falta un poso más robusto en esa ideología feminista que proclama la autora para no llegar a caer en la superficialidad.

A pesar de ello, Mamá, quiero ser feminista puede ser una manera cercana y sencilla para que muchas lectoras y lectores identifiquen actitudes machistas de la cotidianidad y comiencen a interesarse por las tesis feministas y unirse a la lucha por la igualdad. Como dice la autora, el libro «Está escrito muy pegado a la oralidad, lo entiendo como una conversación con una amiga.«, y esta transmisión se antoja un medio eficaz para despertar conciencias. Un logro importante en una época en la que todavía queda mucho por hacer y reivindicar.
Carmen G. de la Cueva, Mamá, quiero ser feminista (ilustraciones de Malota), Barcelona, Lumen, 2016, 192 páginas.