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‘The Affair’ y las narraciones múltiples de ‘Rashomon’

Literatura y cine son dos disciplinas que han ido muy de la mano desde sus inicios. El cine es un género híbrido que en muchos casos ha necesitado de otros para dar lo mejor de sí, y la literatura, especialmente la novela y las vidas de los escritores, han sido terrenos fructíferos donde hundir sus raíces.

Sucede algo similar en el mundo de las series de televisión, que de hermanas pequeñas del cine han pasado a convertirse en un género que ha aunado sus propios recursos con los del cine (al que frecuentemente ha fagocitado), y, al igual que su hermano mayor, han mirado en muchas ocasiones hacia el mundo de la literatura e incluso el cómic. Por poner sólo algunos ejemplos recientes, la cadena de televisión estadounidense HBO cuenta con la adaptación de la exitosa Juego de Tronos de George R.R. Martin, o con The leftovers, la versión para la pequeña pantalla de la novela homónima de Tom Perotta. Otra de las grandes networks norteamericanas, AMC, ha basado uno de sus recientes éxitos, The Walking Dead, en la popular novela gráfica de Robert Kirkman. Y no serán las únicas. Recientemente se anunció la posibilidad de que el director de cine Darren Aronofsky adaptara para televisión la trilogía de ficción especulativa MaddAddam de la escritora canadiense Margaret Atwood.

Por lo general, han sido los aspectos más evidentes, como la trama o los personajes, de los que se han apropiado las series. Sin embargo, recursos más propios de un discurso narrativo también han servido como base para plantear una narración audiovisual más atractiva. Por ejemplo, los puntos de vista.

‘The Affair’ y ‘Rashomon’ plantean la imposibilidad de llegar a la verdad última en la narración de una historia.

En la reciente entrega de los Globos de Oro se ha premiado a la serie The Affair como la mejor serie de drama y mejor protagonista de serie de drama. La historia que plantea la serie no tiene nada de particular (la narración gira en torno a una infidelidad), pero lo que sí es interesante es su planteamiento, en el que destacan los ecos de la estructura narrativa basada en varios puntos de vista para contar una única historia. Y en este aspecto no podemos dejar de recordar el relato  «Rashomon» del escritor japonés Ryūnosuke Akutagawa y sobre todo la película de Akira Kurosawa basada en él y en el relato «En el bosque».

Uno de los elementos más destacados del relato del escritor y del film es que ambos plantean la imposibilidad de llegar a la verdad última en la narración de una historia. Es el lector o el espectador quien debe componer la posible realidad que se le narra mediante los diversos puntos de vista que se le plantean. En el caso de la ficción de Ryūnosuke Akutagawa el lector se encontraba con las versiones de siete testigos diferentes que explicaban los sucesos acontecidos en torno a un asesinato producido en un bosque. Akira Kurosawa, por su parte, limitó los personajes a cuatro.

Con la emisión de The Affair, se constata que la narración múltiple (en este caso la de los dos implicados en una relación adúltera) es una manera dinámica y atractiva que incluir la participación del lector o espectador en la historia que se le está planteando. Es él el que debe descifrar la verdad o, al menos, dibujarla según las versiones y sus propias vivencias. Los guionistas estadounidenses sin duda rinden tributo a la película de Kurosawa, pero no debemos olvidar que detrás de ella está la narrativa de uno de los más destacados escritores japoneses del siglo XX.

Imagen de Ryūnosuke Akutagawa en Wikimedia Commons.

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