Es posible que, si te gusta la cultura japonesa, hayas visto u oído hablar de las kokeshi, esas muñecas tradicionales fabricadas a mano en madera que se componen de un tronco simple y una cabeza redondeada decorada con líneas sencillas que representan rasgos humanos. Carecen de brazos y piernas y tienen cierto halo enigmático.
Origen de las muñecas kokeshi
Las kokeshi tienen un origen poco claro, aunque se piensa que su origen se encuentra a finales del periodo Edo (1603-1868) o a principios del Meiji en la región de Tohoku, al norte de Japón, célebre por sus balnearios de aguas termales. Se cree que su función era la de ser un juguete para los niños, aunque también hay teorías que creen que fueron creadas para venderlas a turistas.
En total existen 11 tipos de diseños en función de las regiones donde se elaboran, que cuentan con un diseño propio de kokeshi: Tsugaru (en Aomori), Nanbu (en Iwate), Kijiyama (en Akita) , Zaotakayu, Yamagata(en Yamagata), Hijiori (en Yamagata y Miyagi), Naruko, Sakunami, Togatta, Yajiro (en Miyagi), Tsuchiyu (en Fukushima). Cada región imprime un estilo particular a cada kokeshi.
Tipos de muñecas kokeshi
Existen dos tipos de muñecas kokeshi. Las tradicionales y las llamadas «creativas». En el caso de las kokeshi tradicionales, aunque su elaboración sigue un diseño básico, cada ebanista le da «su toque», haciendo de estas piezas una obra de artesanía única. Las creativas, por su parte, permiten mayor libertad en cuanto a diseños, colores o formas. En España, por ejemplo, se han popularizado en los últimos años las Kimmidolls, un tipo de kokeshi de producción industrial.
Estas kokeshi nos las ha regalado una buena amiga para decorar la casa. Nos encantan.
Imágenes: Mapa tohoku-epco.co.jp | Wikimedia Commons