Dentro de la literatura japonesa Osamu Dazai (pseudónimo de Tsushima Shūji, 1909-1948) es uno de los mejores ejemplos de escritores cuya biografía empapó su obra, en la que vida y literatura se unen de manera indisoluble, mostrando la personalidad de su autor de manera casi descarnada. La mayoría de sus relatos y novelas presentan, «disfrazadas» de ficción, las complicadas relaciones con su familia, sus problemas de adicción con el alcohol y las drogas, o la desesperación que le llevó hasta al suicidio en cinco ocasiones hasta el final y fatal intento con el que acabó su vida a los 38 años. Un escritor que vivió al borde del abismo y que se aferró a la literatura para sobrevivir (a duras penas) en el mundo que le tocó vivir.
Un ejemplo de este tipo de relatos es Recuerdos (Omoide), que acaba de publicar la editorial Satori con traducción directa del japonés a cargo de Yoko Ogihara y Fernando Cordobés. El volumen reúne siete narraciones escritas entre los años 30 y 40: «Recuerdos» («Omoide», 1936), «Malditos perros» («Kikyorai», 1942), «Cien vistas del monte Fuji» («Kokyou», 1942), «Vuelta a casa» («Fugaku-hyakkei», 1943), «Ciudad natal» («Chikukenda», 1939), «Visita de cortesía» («Shinyu-kokan», 1946) y «Merry Christmas» («Merii Kurisumasu», 1946).
‘Recuerdos’: crónica biográfica y sentimental de Osamu Dazai
Marcados por una angustia existencial y complejas relaciones con la familia y sociedad, Osamu Dazai traza en estos relatos una crónica biográfica de diversos periodos vitales y personales. Así, el primer relato del volumen, «Recuerdos«, que logró abrir las puertas de los círculos literarios y el reconocimiento de un joven Osamu, que por aquel entonces tenía 23 años, se trata de un «testamento de niñez» en el que el escritor pinta un fresco familiar hasta su adolescencia, una etapa caracterizada por el dolor de no sentirse querido y la conciencia de estar fingiendo, a través de «máscaras adheridas en capas sucesivas«, alguien que no era él.
«Malditos perros» responde a un periodo feliz de la vida adulta de Osamu Dazai, cuando éste vivía en Kofu y poco antes de mudarse con su mujer a una casa alquilada en Mitaka, un barrio de Tokio. El relato es una curiosa historia en la que el autor, que sentía una fuerte fobia a los perros, se ve «perseguido» por un perro sin dueño a cuya presencia termina resignándose. «Malditos perros» es probablemente una manera de transmitir que, en esos momentos, terminó aceptando aquel mundo y sociedad que le horrorizaba.
Dazai fue un escritor que vivió al borde del abismo y que se aferró a la literatura para sobrevivir (a duras penas) en el mundo que le tocó vivir.
Fuertemente autobiográfico es también «Cien vistas del monte Fuji«, un hermoso relato en el que Dazai se replantea su vida y experimenta nuevos momentos de felicidad, destacando la presencia de su mentor en la vida real, Ibuse, y cierto aire entre juguetón y divertido que entrelaza la historia, especialmente su final.
«Vuelta a casa» y «Ciudad natal» son, por su parte, dos relatos nuevamente conectados por una secuencia de situaciones biográficas: el regreso al hogar familiar tras diez años de ausencia y una segunda vuelta ante la enfermedad de su madre. En ambos nos encontramos con un doloroso retrato de la estructura familiar tradicional japonesa y los roces vividos con los miembros de su familia, así como el reconocimiento y reencuentro del dolor que siempre le persiguió en su vida: «Me atormentaba el mismo dolor de siempre, el que me llevaba a diario hasta el límite de mis fuerzas.»
También está ubicada la trama en el seno de la familia en el relato «Visita de cortesía«, si bien el motivo central de la historia es el retrato de un hombre que se presenta en el hogar familiar y dice haber sido compañero y camarada del escritor en sus años de niñez.
Por último, en «Merry Christmas» Osamu Dazai elabora un retrato de un Tokio devastado por la guerra y en el que la presencia norteamericana invade de desconcierto y melancolía a su autor, que ha regresado tras meses de ausencia.
Recuerdos es un volumen que viene a completar la ya (afortunadamente) nutrida colección de obras de Osamu Dazai traducidas al español por editoriales como Satori, Impedimenta, Sajalín o Txalaparta. Son relatos en los que la vida se esboza como ficción, pero que se leen como un pedazo de biografía de un autor excepcional que no tuvo reparos en mostrarse desnudo ante el mundo. Como el propio autor señala en el relato que da título al volumen, «la escritura fue una oscura solución a mis dilemas. Otras muchos habían sufrido esa misma agitación tan difícil de comprender: todos ellos eran mis cómplices.»
Referencias
Osamu Dazai, Recuerdos (traducción de Yoko Ogihara y Fernando Cordobés; introducción de Carlos Rubio), Gijón, Satori, 2015, 249 páginas.
Imágenes de Osamu Dazai: en Wikimedia Commons.