Leo en el blog Papeles Perdidos que la editorial inglesa The Folio Society va a publicar, coincidiendo con el 50 aniversario de la muerte del premio Nobel norteamericano William Faulkner, una cuidada edición de El Ruido y la furia (The Sound and The Fury, 1929) tal y como el escritor quiso publicarla: en color. Cada uno de los saltos temporales que trenzan la magnética historia de los Compson fue pensada, según nos descubre el artículo, para que estuviese impresa en varias tintas, ayudando así al lector a moverse con mayor facilidad en la compleja estructura cronológica del libro. Sin embargo, las técnicas de impresión no estaban en ese momento tan avanzadas y Faulkner tuvo que conformarse con la cursiva para esos saltos que hacen de la estructura de la novela un endiablado «tira y afloja» con el lector. En palabras del propio escritor, como recoge este artículo de The Guardian, el libro era » a real son-of-a-bitch … the greatest I’ll ever write«, y ahora, que va a volver a reeditarse como el propio Faulkner habría deseado, el valor de esa edición se multiplica por mil.
Descubro que The Folio Society es una editorial británica que lleva más de cincuenta años publicando «libros bellos», como señalan en su página web, caracterizados por un cuidadoso trabajo de encuadernación y sustentados en el buen hacer de ilustradores que aportan un valor añadido a las letras que contienen. La edición de El ruido y la furia promete ser cuanto menos tentadora para bibliófilos y aficionados a libros ilustrados, cada vez (por fortuna) más presentes en las mesas de novedades.
Sorprende en muchos casos (y aún más si se trata de un escritor como Faulkner, cuya vida merece un libro aparte) la curiosa y azarosa génesis de los textos que nos impresionan. Desconocía la original intención del escritor de Mississippi de publicar su texto a color. Sin duda una manera de ayudar al lector a transitar la historia de la familia Compson, pero también de dotar de sensaciones más ricas a la ya de por sí impactante experiencia que supone leer este libro.
La primera que leí a Faulkner, en los años en que estudiaba en la universidad, lo hice a través de El ruido y la furia y fue un auténtico impacto. Como suele suceder en épocas de aprendizaje, no había leído nunca nada igual. El tratamiento de la corriente de pensamiento, la riqueza de estructuras, su textura narrativa tan personal, el peso de la tradición bíblica, su personal recreación del sofocante sur de los Estados Unidos… El Nobel lo tiene todo para impresionar a cualquier lector metido en faena aunque novato.
Con el paso de los años, como sucede con muchos escritores, ese fervor fue decayendo en favor otros autores. Dudo que ahora experimentara un impacto similar ante la obra de Faulkner como el que viví como lectora a los veinte años. Sin embargo, encontrarme con esta noticia ha reactivado las ganas de releer a este grande de las letras universales. Comprobar que aún hay editoriales que se atreven con «autores difíciles» y lo hacen en un bonito envoltorio ayuda. Ojalá hubiera más editoriales que se atrevieran. El futuro del libro de papel pasa en parte por esta faceta. Si no, al tiempo.
Referencia
La imagen de William Faulkner fue tomada en 1954 por Carl Van Vetchen. La he extraído de Wikimedia Commons.