La crítica ha etiquetado la novela El unicornio (The unicorn, 1963) como una novela gótica. Quizá podríamos pensar que toda la obra de la escritora irlandesa Iris Murdoch (1919-1999) tiende a ese género de alguna manera, aunque es cierto que la historia narrada en esta novela tiene una inspiración decididamente decimonónica y que puede abordarse como una suerte de narrativa gótica estilizada (casi alambicada) en la que se destilan varios niveles de lecturas que traspasan el citado género. Hay, por tanto, un fuerte componente de metaficción que trasciende el mero plano narrativo y que se sitúa en los límites de la ficción y de la crítica literaria.
El unicornio fue la séptima novela que publicó Iris Murdoch desde su debut con Bajo la red en 1954. En ella se planteó el reto de construir una suerte de parodia del género gótico con reminiscencias religiosas y míticas en la que su protagonista, Marian Taylor, acepta un empleo de institutriz en el castillo de Gaze, en Irlanda, situado en medio de un paisaje amenazador y desolado. Al llegar a la mansión descubre un extraño ambiente onírico e irreal que envuelve a la propietaria del castillo, Hannah Crean-Smith, una criatura fascinante en torno a la cual orbitan familiares y sirvientes que la adoran. A esta atmósfera de cuento de hadas contribuye el rumor de que la señora de la mansión sufre un encantamiento que ha durado siete años y que pronto acabará, como si de una bella durmiente se tratara.
Con este punto de partida Iris Murdoch compone una historia en la que encontramos su habitual proceder narrativo, lleno de frecuentes quiebros argumentales y personajes que se debaten entre dos elementos antagónicos.
Iris Murdoch construye un tipo de narrativa que sitúa al lector como un productor de significados y no un mero consumidor.
En el caso de El unicornio no importan tanto los rasgos góticos del argumento, sino el ver la historia como una reflexión sobre la complejidad que entraña el amor y la fe en los personajes que la pueblan. Stella Prozesky, de la Universidad de Sudáfrica, va más allá en su artículo ‘Listening at the threshold’ – A reading of religion in some excerpts from three of Iris Murdoch novels: Henry and Cato, Nuns and soldiers ans The unicorn», destacando la relevancia del componente teológico, ontológico y metafísico de la novela y, en especial, del personaje de Effingham Cooper, vecino del castillo de Gaze. En este sentido, el tratamiento de la religión por parte de Iris Murdoch no es ni mucho menos crítico ni se posiciona a su lado, y más que provocador es inspirador. La escritora irlandesa pone su mirada en la religión y en el concepto divino, y al hacerlo, de alguna manera está recibiendo un «misterio divino» que se verbaliza mediante la escritura.
En esta escritura nos encontramos con una aproximación al colapso de las fantasías e ilusiones, que se presentan en su mayor esplendor en la figura del unicornio, que representa el personaje de Hannah Crean-Smith. Para Jack Stewart en su artículo «Metafiction, Metadrama, and the God-Game in Murdoch’s The Unicorn«, la escritora irlandesa presenta un conjunto de personajes atrapados en el encantamiento gótico de la ilusión, un estado que obliga al lector a entrar e implicarse mucho antes de poder criticar lo que está leyendo.
De esta manera, Iris Murdoch construye un tipo de narrativa que sitúa al lector como un productor de significados y no un mero consumidor. Así, la lectura cobra un papel casi divino. Por un lado, los personajes representan roles literarios que siguen un guión predefinido por las historias y leyendas que el propio lector conoce, roles que ellos mismos asumen con un cierto tono de fatalidad. En El unicornio encontramos, en efecto, la historia de la damisela en peligro, la de la bella durmiente y la de la institutriz acosada por los misterios de la casa donde ha venido a parar. Por otro lado, la lectura tiene asimismo una gran importancia para los propios personajes, que se cuentan historias pasadas o inventadas, ocultando detalles que se sólo se desvelan parcialmente.
El unicornio, recuperada para el lector en español por la editorial Impedimenta, es una de las más extrañas obras de la escritora irlandesa Iris Murdoch, un nuevo ejemplo de literatura exigente que ofrece capas de lectura e interpretación y que juega a retar al lector a que levante las faldas de sus personajes y explore las resonancias metaliterarias.
Referencias
Iris Murdoch, El unicornio (traducción de Jon Bilbao; prólogo de Ignacio Echevarría), Madrid, Impedimenta, 2014, 352 páginas.
La imagen de Iris Murdoch es de Jane Bown. La imagen de la portada de El unicornio es de la editorial Impedimenta.