Irrealidad y fantasmagoría. La esencia del último libro de relatos del escritor y académico de la Lengua Española Luis Mateo Díez (1942), Gente que conocí en los sueños (2019), sumerge al lector en un mundo a mitad de camino entre los vivos y los muertos, con cuatro relatos que tienen como punto en común el trascurrir en universos difusos que recuerdan a ese tránsito entre lo racional y lo irracional en el que nos movemos cuando soñamos. Un volumen lleno de historias fantasmagóricas con toques de humor que publica la editorial Nórdica Libros, y que llega ilustrado con unas fantásticas imágenes de la artista mexicana Mo Gutiérrez Serna, en particular y complementario diálogo con los relatos del escritor leonés.
Muertos, fantasmas y sueños
Los cuatro relatos de Gente que conocí en los sueños transitan por diversas miradas en torno al mundo de los muertos (y de los que están en proceso de serlo).
Así, «Los viajes fantasmales» es un relato narrado desde el punto de vista de un fantasma que habita en el mundo de los vivos. Como apunta el propio Luis Mateo Díez, trata «la fascinación del mundo y la realidad no vista desde este lado sino del lado de quien se ha convertido en un fantasma«. El protagonista, Aurelio Recuero, se resiste a abandonar «el más acá» y ronda varias tabernas donde sus parroquianos le tienen «miedo [a veces], otras prensión y casi siempre molestia», mientras escuchan sus ofertas de visitas al más allá y al más acá, ofertas que nunca tienen clientela. Se trata de un personaje en parte tragicómico, insistente como en vida, del que el lector termina por apiadarse como sucede con Lamberto, el protagonista de «Los muertos escondidos«, un relato sobre presencias en pena y seres prisioneros de sus propias emociones.
El relato «Los círculos de la clausura«, por su parte, aborda «la experiencia de la muerte como algo que no acaba.» En este sentido, el relato ofrece una mirada hacia esa vida que queda en suspenso cuando todavía la muerte no ha llegado, encarnado en el personaje de la hermana Columbaria del Convento de la Solicitud, cuyo cuerpo no termina de marcharse del todo tras su muerte y decide hacer de las suyas. Se trata de una historia que transcurre en lugares de encierro, voluntario e involuntario, donde los personajes se aíslan del mundo.
De distinto cariz es el último de los relatos que componen Gente que conocí en los sueños, «Las amistades del diablo«, una historia de amistad traicionada donde su protagonista, Calvero, se enfrenta a la vida con una sensación de suplantación, de derrota, que contrasta con la exitosa existencia de su amigo Sauro.
Gente que conocí en los sueños: lenguaje físico para fantasmas
Una de las características más ricas de esta obra en particular -y de toda la narrativa de Luis Mateo Díez en general- es su capacidad de tejer historias dotadas de un lenguaje casi físico, modelado y sofisticado porque «así lo permite nuestra lengua«, según ha señalado el autor en alguna ocasión. Quizá es pedante hablar de trabajo de orfebrería, pero lo cierto es que la prosa de Luis Mateo Díez es una composición refinada y gustosa, de las que permiten disfrutar de la variedad de matices y sabores de la lengua española.
Gente que conocí en los sueños transita por muchos de los lugares habituales de Luis Mateo Díez (no sólo nos referimos a su particular geografía literatia), con un uso admirable del lenguaje y un gusto por el humor y temas que son habituales en su narrativa: o irreal y lo cotidiano presentados como mundos que se insertan sin fisuras en un mismo plano o la soledad o la nostalgia, todo aderezado con un fino humor que convierte a estos relatos en una propuesta luminosa y desconcertante, de las que exigen una segunda o tercera lectura para disfrutar y paladear los relatos en toda su dimensión. A esta experiencia ayuda, además, el trabajo que la artista mexicana Mo Gutiérrez Serna ha realizado para la edición de Nórdica, plagada de sugerentes imágenes de intensos colores primarios que conectan en armonía con el universo estético y narrativo que nos propone Luis Mateo Díez. Una delicia.
Luis Mateo Díez, Gente que conocí en los sueños (ilustraciones de Mo Gutiérrez Serna), Madrid, Nórdica Libros, 2019, 120 páginas.