Kioto, la naturaleza vista por Kawabata

Una de las principales características de las novelas del escritor japonés Yasunari Kawabata (1899-1972) es la primacía del ideal estético sobre el discurso meramente narrativo. En ellas, la trama pasa a un segundo plano en aras de una literatura casi pictórica, en la que el paisaje, las estaciones, los colores, la textura de una tela, los sonidos de la montaña, la nieve o la perfección de un juego de té son los principales focos de atención de la obra. Kioto (Koto, 1962) es un claro ejemplo de este tipo de narración tan personal del Premio Nobel nipón.

Kioto (Koto, 1962) tiene como personaje protagonista a Chieko, una joven expósita adoptada por Takichiro, un comerciante de telas, y su mujer Shigue, que un día descubre que fue abandonada por sus verdaderos padres y que tiene una hermana que vive en una aldea a las afueras de la gran ciudad.

Un planteamiento a priori «folletinesco» pero que en manos de Kawabata adquiere un sentido totalmente distinto. Porque Kioto es mucho más que la historia de Chieko. Como en otras obras del escritor de Osaka, la novela gira en torno a una serie de preocupaciones estéticas que dotan de una profundidad y complejidad de peso al discurso narrativo.

La antigua capital imperial no es sólo un decorado de fondo, sino un ente vivo. Kioto fluye al ritmo de las estaciones, y los estados de ánimo de sus habitantes se traducen y reflejan en los cambios de la naturaleza. En este sentido, la interrelación de los personajes con la naturaleza es fundamental para describir su personalidad y sus conflictos interiores.

Kawabata va más allá de la mera plasticidad y plantea al lector unos personajes con unas señas de identidad definidas por los rasgos de la naturaleza. Así, mientras que Chieko es la naturaleza domesticada y refinada, la de los grandes jardines llenos de flores delicadas (la presentación del personaje se realiza, no en vano, en los inicios de la primavera, asimilándola a unas sencillas violetas que crecen en el tronco de un viejo arce), su hermana Naeko es la naturaleza en estado puro, la de los grandes árboles, las montañas, la rusticidad y lo salvaje.

Kawabata, por otro lado, nos propone un acto no sólo de contemplación de la belleza sensorial que emana de las estaciones y los colores que dominan en cada una de ellas, sino también un acto de reflexión y de búsqueda de la propia identidad.

Un libro, en definitiva, que se encuentra entre las mejores novelas de su producción literaria y que reúne algunos de sus principales rasgos característicos, sobre todo su refinamiento y carga de profundidad estética. Una obra para leer con calma y con los ojos bien abiertos.

Ficha bibliográfica
Kawabata, Yasunari: Kioto, Barcelona, Plaza & Janés, 1969. 229 páginas.

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