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¡La exclusiva!, de Annalena McAfee: sátira y periodismo

En literatura, el retrato de periodistas es propenso a la sátira. La suya es una profesión cuyas virtudes y defectos están tan expuestos que la convierten en blanco fácil de las críticas. No pocas novelas e innumerables películas han reflejado el mundo de las redacciones y los tipos humanos que las frecuentan, ofreciendo generalmente retratos de individuos ambiciosos y sin escrúpulos capaces de vender a su madre por una exclusiva. ¿Quién no se acuerda de novelas como ¡Noticia bomba! (Scoop, 1938) de Evelyn Waugh, la recientemente rescatada para el cine Bel Ami (Bel Ami, 1885) de Guy de Maupassant o el delirante remake de Billy Wilder Primera plana (The front page, 1974)?

El periodismo es un mundo que despierta curiosidad y fascina y repele a partes iguales, y por ello siempre son interesantes las obras ambientadas en ese particular universo. Una de las últimas en llegar ha sido ¡La exclusiva! (The Spoiler, 2011), una sátira sobre el periodismo de tabloide con la que la periodista Annalena McAfee se estrena como novelista para el público adulto. Una faceta, la de escritora, que para ella no es nueva, ya que McAfee ha publicado varios libros infantiles y fue la fundadora de The Guardian Review, el suplemento cultural del diario The Guardian. Y un dato para los amantes de los cotilleos literarios: es la mujer del escritor Ian McEwan.

¡La exclusiva! está ambientada en 1997 y comienza con el retrato de una «vieja dama del periodismo», la respetada reportera Honor Tait, que espera la llegada de una joven colega que ha recibido el encargo de entrevistarla para el S*nday, la revista dominical del diario The Monitor, coincidiendo con la publicación de una recopilación de sus artículos en forma de libro. La octogenaria periodista, una (antaño) rutilante celebridad que estuvo en momentos históricos clave como el fin de la II Guerra Mundial, entrevistó a figuras políticas como Franco antes de su golpe de Estado, y se codeó con las más célebres estrellas del Hollywood de los años 40 y 50, ha sido durante toda su vida alérgica a todo lo que fuera hablar de su vida privada. Obligada por las deudas y por un caduco estrellato en el mundo del periodismo, se prepara nerviosa para la llegada de Tamara Sim, quien demuestra ser una joven ignorante e inexperta incapaz de conducir la entrevista. Pese a las dificultades que la anciana pone a la joven, ésta no cejará en su empeño por finalizar una entrevista que le permitirá pasar del periodismo de tabloide del Psst! donde trabaja al más serio e intelectual del S*unday,

Con este hilo argumental, la novela de Annalena mcAffe juega su baza en el antagonismo de los personajes de Honor Tait y Tamara Sim, posturas antitéticas que representan la veteranía y la  inexperiencia, la diferencia de clase social y los distintos grados de formación cultural. El personaje de Honor Tait se basa de alguna forma, como apunta el New York Times, en la célebre reportera Martha Gellhorn o la italiana Oriana Fallaci, mientras que Tamara Sim es una simple redactora que se dedica a las columnas de cotilleos y a crear listas como «De Tías Buenas a Tías Gordas. De estar de miedo a meter miedo». Pero, sobre todo, uno de los principales intereses de Annalena McAfee es reflejar dos maneras muy distintas de entender la información. Por un lado, el periodismo «puro» que representa Tait y que a Tamara le aburre y, por otro, el periodismo amarillista obsesionado con las celebridades y con el «interés humano» de garrafón. Entre ambas, McAfee desliza el incipiente nacimiento del periodismo en la era de Internet y que en la novela se anticipa en el ascenso de la visionaria e incomprendida Tania Singh. La novela pone de manifiesto que la línea que separa la llamada «prensa seria» del «amarillismo» es cada vez más delgada, impulsada aún más si cabe por fenómenos globales como Internet. Una crítica que en series como Black Mirror (2011) serán mucho más salvajes y consecuentes.

El arribismo profesional y las redacciones según Annalena McAfee

Como suele ser habitual en las novelas ambientadas en el mundo del periodismo, también encontramos el tema del arribismo (en este caso, profesional), representado por el personaje de Tamara, una caricatura del periodista inexperto e ignorante pero ambicioso que no conoce sus limitaciones y resulta bastante ridícula frente a personajes como el Georges Duroy de Guy de Maupassant, mucho más seductor que la protagonista de McAfee. Con ella, la fundadora del suplemento cultural The Guardian Review quiere evidenciar no sólo las carencias de Tamara, sino también las de Honor Tait. La visión de la autora transmite ironía y una cierta desolación ante la situación de la profesión al mostrar esa selección natural que permite que periodistas con conocimientos y habilidades limitadas interpreten el mundo y lo que debe ser el «interés humano» como una simple búsqueda de cotilleos sobre la vida privada de las personas. Nada que ver con la idealista visión de Aaron Sorkin en la serie de la HBO The Newsroom.

No obstante, la novela de McAfee se queda a medio camino entre lo interesante y lo previsible. Pese a ser una novela entretenida e irónica que se lee con gusto, ¡La exclusiva!, más que por su historia (bastante tópica en ocasiones) y el conflicto generacional que propone, funciona mucho mejor cuando es menos literaria y retrata el universo de la redacción del The Monitor, plagado de individuos arquetípicos que serán reconocidos por muchos de los que trabajan en el entorno de las noticias. La descripción de las distintas áreas de la redacción y los especímenes de los distintos suplementos del diario de Fleet Street transmite realismo y es mucho más auténtica que la historia personal de las protagonistas. Y es que, en ocasiones, la crítica de la ineptitud de Tamara es bastante simple y los pretendidos bagajes culturales de la novela son bastante ramplones, como en el caso de la escena en la que Honor Tait menciona la Biblioteca de Alejandría y Tamara se anota buscar información sobre ésta o la supuesta amistad que le atribuye con Lord Byron. No sé si la autora se ha encontrado a lo largo de su trayectoria profesional personas así, pero la parodia resulta poco sutil. La novela, pese a estos detalles, es interesante y gustará a todos los aficionados al mundo de las noticias y a las historias de periodistas.

Por cierto, leyendo en Internet lo que los principales diarios de tirada nacional publicaron en su sección de cultura acerca de la visita de McAfee a España para la presentación del libro en el mes de octubre, he podido constatar que el periodismo-resumen de notas y ruedas de prensa sigue siendo tendencia. Con muy pocas variaciones, las reseñas del libro publicadas en los periódicos del país se convierten en ejemplo de lo que la propia Honor Tait despreciaría y cuya crítica está implícita en la novela de Annalena McAfee. Periodismo cultural, ya se sabe.

Bibliografía

Annalena McAfee, ¡La exclusiva! (traducción de Marta Salís), Barcelona, Anagrama, 2012, 400 páginas.

La imagen de Annalena McAfee la he tomado de la web de Anagrama.

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